Cabeza de lanza

Descripción

La gran punta de lanza de hierro tiene una forma particular conocida como hoja bicostolada. La punta tiene una forma muy alargada y la longitud del cañón casi alcanza la de la "hoja", que tiene forma de rombo sin redondear y con una costilla central apenas perceptible. El objeto puede datarse entre mediados del siglo IV a.C. y mediados del siglo III a.C., y coincide en líneas generales con tipos similares encontrados en entornos etruscos, romano-republicanos y también celtas. Desgraciadamente, no es posible ser muy preciso a la hora de situar un arma de hierro como ésta porque se encontró fuera de un contexto cerrado. Sin embargo, podemos describir sus componentes. La punta es la parte superior de la lanza y tiene forma de diamante. La costilla está situada en el centro de la punta y recorre toda su longitud, creando un mayor paralelismo con las hojas. El cañón es la parte entre la punta y el asta de madera que se utilizaba para agarrar el arma. ¿Para qué se usaba una lanza como ésta? Principalmente para luchar, es decir, como herramienta de ataque y defensa, ya que los etruscos se encontraban a menudo en guerra con las poblaciones vecinas. Precisamente por este motivo, el descubrimiento de esta punta de lanza ha llevado a algunos arqueólogos a pensar que el gran templo etrusco era una fortaleza de altura, es decir, un asentamiento situado en una colina, que tenía tanto una función defensiva como de residencia ocasional de las grandes familias nobles en cuyas fincas se encontraba. En definitiva, podríamos decir, los antepasados de los castillos medievales.